Imaginemos por un
momento que tenemos una máquina del tiempo al mejor estilo de la película "Back to the future", nos subimos
en el DeLorean y viajamos al año 1700. Una época en la que la oscuridad de la noche tenía
la intensidad de solo estar alumbrada por candelas, la comunicación a distancia
se limitaba a los gritos, y los medios de transporte funcionaban a base de
heno. Si al llegar ahí tomamos a un tipo cualquiera, lo subimos en nuestra
máquina y lo traemos al 2016, que pasaría?
Al bajarse del auto vería capsulas móviles corriendo sobre carreteras de asfalto, personas que unas horas antes estuvieron del otro lado del océano bajando de un pájaro de hierro, y usar aparatos en los que puede ver y escuchar en vivo un deporte que están ocurriendo a miles de kilómetros de distancia. Podría también generar un mapa que le indica con un punto azul adonde se encuentra ubicado, tomarse una imagen de si mismo, grabar un momento de su vida, comunicarse con otra persona, y todo esto a través de un pequeño aparato mágico de cristal… Estoy seguro que la impresión de lo que encuentra sería tan grande, que se desmayaría antes que podamos mostrarle el internet y los cohetes espaciales.
Al bajarse del auto vería capsulas móviles corriendo sobre carreteras de asfalto, personas que unas horas antes estuvieron del otro lado del océano bajando de un pájaro de hierro, y usar aparatos en los que puede ver y escuchar en vivo un deporte que están ocurriendo a miles de kilómetros de distancia. Podría también generar un mapa que le indica con un punto azul adonde se encuentra ubicado, tomarse una imagen de si mismo, grabar un momento de su vida, comunicarse con otra persona, y todo esto a través de un pequeño aparato mágico de cristal… Estoy seguro que la impresión de lo que encuentra sería tan grande, que se desmayaría antes que podamos mostrarle el internet y los cohetes espaciales.
Ahora, si hacemos el
mismo experimento llevando a alguien de 1400 a 1700, si habría algún tipo de reacción seguramente, pero la persona no se desmayaría de la impresión como nuestro primer sujeto. Esto se debe a que aunque son
los mismos 300 años de diferencia en el viaje, los cambios tecnológicos no
fueron tan grandes de una época a otra. Para que logremos el mismo tipo de impresión
llevando a alguien al año 1700, tendríamos que poner el dial de nuestra máquina
del tiempo en el año 12,000 antes de cristo, antes que la revolución
agricultural diera pie a la primera ciudad y el concepto de civilización. Esta
persona se impresionaría tanto con las iglesias, barcos y descubrimientos de la
época que también se desmayaría. Si quisiéramos seguir el experimento, la próxima
persona tendríamos que ir a buscarla en el año 100,000 AC, una época en la que esta
persona se desmayaría viendo la comunicación a través del lenguaje hablado y como
se produce el fuego en el 12,000 AC.
La era posterior a la
revolución industrial ha permitido la aceleración de la tecnología de tal
manera que para que quienes vivimos en el 2016 nos desmayemos de la impresión al ver los
avances de la humanidad, probablemente solo tendríamos que viajar unos 50 años
al futuro. A este fenómeno, el futurista e inventor Raymond Kurzweil le llama la “ley del
retorno acelerado”, quien sostiene que el progreso humano se mueve de forma
exponencial y no lineal. Kurzweil, quien invento el sistema de reconocimiento óptico, el scanner, y el sintetizador voz a texto; es ampliamente reconocido por sus acertadas predicciones tecnológicas y actualmente trabaja para Google desarrollando los nuevos proyectos de la compañia. Kurzweil cree que todo
el progreso alcanzado durante lo largo del siglo 20, fue logrado en solo los
primeros 15 años del siglo 21. A este ritmo, afirma que para el año 2021
habremos alcanzado otro equivalente a 100 años de progreso. Esta aceleración, según
sus estimados, nos llevara a alcanzar el número de avances tecnológicos de todo
el siglo 20 varias veces en un mismo año; y sostiene que al final del siglo 21,
la humanidad habrá logrado multiplicar este progreso alrededor de 1000 veces.
Si todo esto es
correcto, para el año 2030 estaremos tan sobrecogidos por los avances tecnológicos,
como la persona de 1700 lo estuvo en el 2016. Para el año 2050, nuestro mundo será
tan diferente al actual que si nos transportamos allá en nuestra máquina del tiempo
probablemente no lo reconoceríamos.
Esto no es ciencia ficción, es lo que
muchos científicos creen firmemente. No tenemos más que usar la lógica para
darnos cuenta que la teoría es válida:
1) Cuando pensamos en historia, usualmente
lo hacemos de forma lineal. Si nos imaginamos el progreso que tendremos en los próximos
30 años, tomamos el progreso de los últimos 30 años como indicador. Sin embargo
no tomamos en cuenta el ritmo con el que este progreso se ha logrado, en el cual
las cosas se mueven de manera más rápida avanzando exponencialmente.
2) Kursweil explica que la curva del
progreso avanza en forma de una S, en la que la primera parte es un crecimiento
lento, seguido de una explosión de crecimiento rápido, para terminar con una nivelación
en la que los avances se adaptan a los paradigmas de la sociedad. Un buen
ejemplo de esto es la explosión del internet de 1995 al 2007. Microsoft, Google
y Facebook entraron en la sociedad de la mano de los primeros smart phones y el inicio de las redes
sociales. Pero luego, del 2008 al 2015 los descubrimientos pasaron a ser meras
actualizaciones y los avances han sido menores. Creo entonces que estamos en una fase de
crecimiento lento, y seguro pronto entraremos en otra explosión de avances tecnológicos.
3) Los humanos tendemos a orientar nuestras ideas en base a experiencias personales, que se engranan a nuestro
propio ritmo de crecimiento, limitando nuestra capacidad de imaginación al
pensar sobre el futuro. Al escuchar una predicción que contradice nuestra noción de
la realidad basada en experiencias, tendemos a pensar que es imposible y
rechazarla. Si alguien nos dijera que en el futuro el ser humano va a llegar a
vivir hasta los 150 o 200 años, e incluso puede llegar a ser inmortal... nos parecería ridículo, pues nadie ha llegado a vivir tanto en la historia. Sin embargo, tampoco ningún humano
había cruzado los cielos volando antes de la invención del primer avión.
Aunque es normal que mantengamos cierto escepticismo al
pensar sobre las innovaciones del futuro y el avance que tendremos como humanidad
y como sociedad; es muy lógico concluir que los patrones históricos de avance
exponencial continúen, y que mucho cambiara en las siguientes décadas.
También es muy lógico pensar que si la especie más
avanzada del planeta continua logrando estos saltos evolutivos en tecnología, y
al ritmo de crecimiento acelerado que llevamos, algún día llegaremos a un avance que
altere la existencia de vida en nuestro planeta como la conocemos actualmente. Que
tan lejos o cerca estamos de un avance que cambie el rumbo de la humanidad es
un tema aparte, pero es importante tener en mente la concepción de lo que la ciencia y
la tecnología están alcanzando al interactuar entre ellas.
Teniendo esto claro, podemos adentrarnos en 2
temas que seguro cambiaran nuestra ruta como especie para siempre, y en los que ya se está
trabajando actualmente alcanzando un marcado progreso: la inteligencia
artificial y la nanotecnología.
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