Los automóviles, carros, coches, vehículos, naves…Como sea le llamemos a estos medios automotores de transporte personal, encierran tras de sí una importante historia de invención e innovación en la historia de la humanidad. No es de extrañarse entonces que los automóviles sean la fuente de tanta pasión y controversia; estos pueden ser símbolo de estatus, fuerza, aventura e incluso belleza. Al mismo tiempo, estos vehículos que tanto amamos pueden ser la raíz de un problema que puede alterar el curso de nuestra presencia en este planeta para siempre.
El emperador chino Kangxi, tuvo en 1672 su primer auto a los 18 años. Coincidentemente, también fue el primer automóvil en la historia. Le fue dado por el primer inventor de autos, Ferdinand Verbiest, un misionario jesuita flamenco que paso la mayor parte de su vida en China. Él se convirtió en el matemático y astrónomo del imperio Qing, tras ganar un concurso a quien modificara acertadamente el calendario chino. Los perdedores del concurso fueron cortados vivos en pedazos.
Verbiest era también un
gran inventor, uno de estos inventos fue un juguete para el emperador. Este consistía
en un pequeño aparato impulsado a vapor que empujaba un mecanismo rotor que hacia girar las ruedas. Este fue el primer vehículo de auto propulsión, y su diseño se mantuvo sin
igual durante casi 100 años.
En 1769, el ingeniero militar francés
Nicolas-Joseph Cugnot creo mejorías al invento con la idea de transportar caniones para el ejercito de Napoleón, y termino creando un vehículo suficientemente
grande para albergar a un conductor adentro. Mas tarde, Francois Isaac de Rivaz
en 1806, invento el primer motor de combustión interna y con el un vehículo donde
ponerlo dentro. El automóvil había nacido.
Con los motores de vapor, el fuego se quema fuera del motor y este calienta el vapor hacia adentro haciéndolo funcionar. Es un motor de combustión externa. Los primeros motores de combustión interna quemaban el combustible y aislaban el vapor dentro de ellos generando una fuente de poder. Sin embargo, fue hasta en 1886 que Karl Benz y su esposa Bertha Benz, patentaron el primer automóvil de combustión interna para ser usado por el público –Si, el primer vehículo registrado en la historia fue el Benz Patent-Motorwagen, tatarabuelo de los Mercedes Benz actuales. Este auto costaba $1,000 dólares ($26,250 dólares actuales), tenía tres ruedas y era impulsado por una versión primitiva de los motores modernos que tenemos hoy en día.
Algunos años más tarde
y del otro lado del mundo en el estado de Michigan, un joven granjero llamado Henry Ford decidió
aplicar a un trabajo en la compañía de Thomas Edison. Esta compañía estaba bastante ocupada generando sistemas eléctricos para iluminar las ciudades de los Estados
Unidos, y trabajando ahí Ford obtuvo una gran experiencia en los motores a
vapor utilizados para generar energía eléctrica. En su tiempo libre, Ford
trabajaba en el todavía nuevo concepto de la combustión interna; y en 1896 a
sus 32 años, creo su primer vehículo al que le llamo el Ford Quadricycle (la novedad
fueron las cuatro ruedas).
Ford renuncio a su
trabajo en 1899 y formo en Detroit su primera compañía de autos, la cual fracaso y
fue renombrada Henry Ford Company en 1901. Pero Ford pronto dejo esta compañía por
disputas internas con sus inversores, quienes luego le cambiaron el nombre a Cadillac
Automobile Company. En 1903 finalmente fue creada la compañía Ford Motor Company, volviéndose
líderes en la producción de automóviles de combustión interna impulsados por gasolina.
En esta época los carros eran tecnología nueva, y a principios del siglo 20, 40% de los automóviles eran propulsados a vapor, 38% eran eléctricos y solo 22% de los autos en el mercado eran de gasolina. Estos números tienen sentido, la combustión a vapor era la tecnología más vieja y conocida. Los motores de combustión interna alimentados por el derivado del petróleo, eran una novedad, aunque mucho más eficientes. Sin embargo, los motores que más interés despertaban en aquel entonces eran los eléctricos. Tenemos que recordar que estamos en el año 1900, y los 35 años que pasaron desde el inicio de la revolución eléctrica bajo nombres como Thomas Edison, Nikola Tesla, Alexander Graham Bell y George Westinghouse, aún tenían asombrado al mundo por sus cualidades mágicas.
El primer acto mágico fue realizado a mediados del siglo 19, cuando el telégrafo utilizo una larga conexión eléctrica
para comunicar gente a la distancia, ya en 1866 se logró la primera comunicación
con éxito entre Europa y Estados Unidos. La magia siguió con fuerza en 1876 con
la primera llamada telefónica, seguida por la primera grabación de audio en
1877. Los bombillos comenzaron a iluminar las calles en 1880, y para 1896 ya se
tenía una red de cables iluminando los hogares. También en 1896 la primera película
fue proyectada en Nueva York, y la primera transmisión de voz sin cables se producía
en Brasil en 1900.
Si viviéramos a principios del siglo 20, nuestra noción de tecnología moderna fuese la energía eléctrica. Edison y Tesla serian nuestros Bill Gates y Steve Jobs. La idea de impulsar los vehículos de transporte con un motor a vapor de 100 años de antigüedad nos parecería igual de vieja que ver una película muda en blanco y negro hoy en día. En 1900 la combustión produciendo energía sucedía en un generador remoto, los consumidores ahora solo tenían que interactuar con una forma silente, limpia y conveniente de energía como la electricidad.
Si le preguntásemos a
alguien de 1900. Quien crees que ganara la batalla entre los motores de combustión externa
a vapor, los motores de combustión interna a gasolina, y los motores eléctricos
como el estándar tecnológico del futuro? estoy seguro que apostaría por los
motores eléctricos. En esa época la electricidad no solo iba ganando la batalla
a la gasolina, inventores como Edison y Tesla invertían sus esfuerzos en producir automóviles eléctricos, promocionándolos como los motores ideales por ser más silenciosos, limpios y económicos
que los motores de gasolina.
Pero “ideal” no era la
fuerza motriz de la incipiente industria de automotores, sino la producción en
masa. Los carros hasta ese punto eran juguetes para los ricos, y la idea era poder hacerlo
accesible para todo el mundo. Henry Ford en 1908 y su compañía de 5 años de antigüedad
lanzaron el vehículo que catapultaría la industria: El modelo T.
Antes del modelo T ya
había problemas con ambos motores, eléctricos y de gasolina. Los motores eléctricos
corrían menores distancias y tardaban mucho en ser recargados, mientras los motores de gasolina eran demasiado
ruidosos y expelían más humo que un tren. Pero Henry Ford, con su mente
industrialista, redujo los precios de sus autos de gasolina drásticamente creando
líneas de ensamblaje en lugar de manufactura individual. Ademas, los hizo más
atractivos agregando un mofle que disminuyera el ruido, y una ignición eléctrica
que sustituía la ignición con palanca de vuelta (que además de cansado era
peligrosa por la chispa y gasolina). Para 1914, el 99% de los vehículos en
Estados Unidos eran de motor de gasolina, y al llegar a 1920, la producción de automóviles
eléctricos se detuvo para siempre.
Ahora estamos en el año 2015, un siglo después de todo esto. La llamada telefónica a través de un largo cable eléctrico entre dos ciudades aledañas ha sido sustituida por una persona en Singapur tocando su pantalla de cristal, e instantáneamente viendo y hablando con su amigo en Santiago de Chile. Las películas silentes de Charlie Chaplin han sido sustituidas por películas de Pixar en tercera dimensión. La mezcla de químicos en un laboratorio se ha convertido en separar átomos dentro de un gran colisionador de hadrones. El vuelo de 12 segundos y 36 metros de los hermanos Wright ha evolucionado a viajes de rutina de 400 kilómetros entre Florida y la estación espacial internacional.
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